Revista N°279

Julio es el mes de los santiagueños, es el mes donde se celebra la raíz más profunda de nuestra tierra. En julio se respira alegría, canción, solidaridad, chacarera, danza, encuentro y amistad. Es que todo eso somos los santiagueños, lo llevamos en nuestra piel, en nuestra identidad. Santiago es tierra que canta. Canta y enamora. Es innegable que sus características especiales le aportan cierta magia: es una provincia que despierta el interés por su identidad e idiosincrasia. No de vicio, en Julio, sus calles se colman de gente que quiere conocer sus rincones, participar de sus tradiciones, observar sus costumbres, llevarse recuerdos.

Y los santiagueños, son parte de ello: con su estilo conservador y, a la vez, emprendedor, con su afectividad a flor de piel, con su particular humor, con su tonadita tan característica, con sus siestitas prolongadas y su música y su danza.

Guarda en sus tradiciones un especial misticismo, que se filtra en la vida cotidiana e impregna todos los rincones provinciales.

Celebremos y honremos el título que nos caracteriza: Madre de ciudades. Salud Santiago