Revista N° 362

Es septiembre, y en la Argentina este mes remite al día del maestro. Maestro, qué palaba tan grande, tan llena de significado, tan plena. Es que, personalmente, cuando pienso en Maestro, me es inevitable relacionarlo con la idea de entrega, vocación, dedicación, esfuerzo, grandeza, futuro.

Es que para mí, el maestro, la maestra tiene un poco de todo. Tiene magia, tiene amor, tiene paciencia, tiene esperanza y cuántas cosas más.

Si pienso en magia, me basta imaginar a los docentes de los primeros años que consiguen, de la nada, zambullir a los niños en el mundo de la lengua escrita y los cálculos. Si digo amor, pienso en esos maestros que, día a día, acompañan a sus alumnos en su crecimiento y en sus dolores, ante las realidades familiares. Si digo paciencia, recuerdo a esos maestros que lidian con las transiciones de sus alumnos, los cambios de etapa evolutiva, las crisis propias de cada edad... Es tanto.

Solo me queda expresar mi profunda admiración y respeto por todo lo que hacen, por transformar el mundo y las generaciones con su silenciosa tarea diaria. ¡¡¡FELIZ DÍA!!!

Por: Lic. Claudia Cavallotti Coordinadora Editorial