Revista N° 324

En esta edición celebramos la soberanía, un valor de dimensiones incalculables para un país, en tanto poseer soberanía, implica gozar de un cierto poder social orientado a garantizar la existencia de un estado organizado y una dinámica propia de funcionamiento. La soberanía expresa el carácter supremo de un poder en el espacio político, orientado en un doble sentido: hacia adentro de su territorio y hacia afuera de su territorio (en el marco de las relaciones internacionales entre estados soberanos, que postulan su independencia en relación a los demás Estados).

Celebrar la soberanía nacional significa entonces celebrar el hecho de ser un país independiente, identificado en el continente con nuestras fortalezas, con el poder de decidir nuestros gobernantes, con la libertad de definir y expresar una identidad propia, arraigada en principios, costumbres, símbolos, estilos de vida, en suma, modos de ser y hablar en nuestra tierra.

Que el desafío que asumieron quienes arriesgaron su vida en La Vuelta de Obligado, se quede siempre en nuestra memoria, que los valores y principios patrióticos de nuestros antecesores, sean nuestro ejemplo cotidiano, que, como ciudadanos argentinos, seamos siempre capaces de defender "lo nuestro", que nunca dejemos de sentirnos parte de todos los aconteceres de nuestra tierra y que siempre tengamos la disposición a involucrarnos con fuerza porque cada suceso, cada logro, cada evolución, retroceso o injusticia, nos toca y nos toca de cerca.

La soberanía no es un estado, es una construcción. Sigamos edificándola con el trabajo: el pensamiento y la acción.

Lic. Claudia Cavallotti - Coordinadora Editorial.